El desapego, duele, duele mucho. Duele porque hay que soltar lo que amas, déjarlo ir...
Eso es lo que creemos, pero ese dolor es mental, no es dolor, es sufrimiento.
No que nos hace sufrir es el miedo alimentado del ego, por la creencia arraigada de la posible pérdida de una posesión, que no existe, que no es real.
Ya que no podemos poseer a alguien que no es nuestro, que nunca lo fué, y que nunca lo será.
No nos pertenecen nuestros padres, ni nuestros amigos, ni nuestra pareja, ni siquiera nos pertenecen nuestros hijos.
Son seres libres e independientes con su propio camino por recorrer, al igual que nosotros.
Por eso no hay que subyugar la felicidad de unos hacia los otros. Si no eres feliz tú mismo, no serás con nadie.
Porque hasta ahora, solo nos enseñaron que éramos alguién sí teníamos posesiones de todo tipo.
Se olvidaron de decirnos, que cuanto más poseemos, más esclavos nos volvemos.
Como dijo : Frida Khalo "De nada sirve que la imaginación tenga alas, si el corazón es una jaula"
Por eso creo con firmeza, que la independencia afectiva es el mayor regalo que puedes hacerte a tí y a tus seres queridos.
Y cuando lo logras, entonces, solo entonces, puedes gritar, que por fin has alcanzado la verdadera y plena LIBERTAD.
Gracias, gracias, gracias
~ salvaje y libre ~
El Desapego