Las relaciones son el espejo en el que nos vemos a nosotros mismos, vamos aprendiendo a descubrír quienes somos a través de los ojos de los demás, y cada persona que conocemos durante el transcurso de nuestra vida, nos puede aportar algo diferente.
¿Permaneces abierto a la posibilidad de que cualquier persona, puede ofrecerte algo importante en tu vida?
El encuentro entre dos personas, es como el contacto de dos substancias químicas, si hay alguna reacción ambas se transforman.
Toda relación se convierte en una oportunidad para comprobar cómo reaccionamos ante cada persona; cómo nos comunicamos, que sentimos, que nos produce malestar que conducta nos agrada; cuales nos generan rabia y enfado etc.
Todas nuestras reacciones en los vínculos que creamos, tienen que ver con un aspecto nuestro , muchas veces inconsciente, que no conocemos o incluso rechazamos.
Todo el repertorio de emociones, ya sean agradables, o no, las generamos nosotros mismos a través del vínculo. Son respuestas que emitimos con respecto a nuestra experiencia y sistema de creencias. La relación como espejo de mí mismo.
Proyectamos en otra persona, lo que no estamos dispuestos a ver en nosotros. Todo lo que nos irrita de otros, nos lleva a un entendimiento de nosotros mismos.
Siempre es interesante reconocer nuestras proyecciones, porque vemos cómo nuestras actitudes e impresiones hacia las personas y el mundo que nos rodea, son esencialmente las ideas rechazadas que albergamos hacia nosotros mismos.
Donde menos esperamos encontrar, resulta que nos sorprenden con un gran amor, una hermosa compañia, e importantes aprendizajes.
Todo lo que es significativo para nuestras vidas, aparece cuando estamos en disposición de poder albergarlo.
LA PERSONA MENOS ADECUADA SUELE SER NUESTRO MEJOR MAESTRO.
Gracias, gracias, gracias
~ vive salvaje y libre ~
ERES MI ESPEJO, ME REFLEJO