Buda explicaba que había tres cosas que envenenaban el Alma, El Apego, Rechazo y la Ignorancia.
El apego nos lleva al aferramiento, a creernos dueños de las cosas, de las personas, de los grupos de trabajo, de los amigos, de los hijos, de la pareja, hasta de los lugares por donde andamos. Así funciona nuestra mente, aferrándonos a todo. El apego genera celos, agresiones a los demás por creer que nos van a quitar lo que creemos que es nuestro, porque en realidad, nada nos pertenece. El apego es fuente de sufrimiento. Todo es impermanente. ¿Qué sentido tiene que nos aferremos a algo que estamos seguros que se va a ir?
Tan sólo hay que aceptar que las personas tienen derecho a cambiar de opinión, de gustos, de actividades de amigos y el amor en la mayoría de los casos es moneda de cambio. ¿ Porque tan difícil se hace dejar todo, cuando todo, está en continua evolución? Aprende a caminar más ligero en tu vida, cuando aprendes a dejar aquello que nunca fué tuyo, el sentimiento de bienestar es indescriptible.
El Rechazo, el odio o el enfado son los mayores obstáculos para ser felices. Nos impiden estar en paz y convivir en armonía con los demás. Bajo su influencia, la mente está alterada e infeliz y no puede actuar correctamente. Para eliminarlos debemos desarrollar la tolerancia y la paciencia. Querer que algo no exista, querer apartar algo de nuestra vida es inútil, porque hagas lo que hagas, esa situación o persona que tanto te molesta va a estar ahí. Lo que debemos hacer es averiguar, ¿ por qué te causa tanta molestia ? ¿ Qué cosas estas proyectando en él que son tuyas ? Aprende a explorar tu verdad interior y descubre que es lo que escondes.
La Ignorancia es el primero de los tres fuegos para el budismo. Esta no es el opuesto al conocimiento, sino a la iluminación. No es que el ignorante carezca de conocimientos intelectuales, sino de sabiduría, que es una forma de saber más profunda y no nace del intelecto, sino de la conciencia. El ego impide ver las cosas como son, las distorsiona. Por eso, quien no ha vencido a su ego, es ignorante. Esta ignorancia se superaría con la atención plena, la misma que nos permite fundirnos con aquello que contemplamos, adquiriendo la posibilidad de vivir esa naturaleza dentro de nosotros mismos.
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~ vive salvaje y libre ~
LOS TRES VENENOS DEL ALMA