Cuando empiezas a descubrir que la vida se trata de aprender a escuchar el silencio, y no de impresionar a los demás, el viaje empieza a ser más liviano y productivo a nivel personal.
Está sociedad no quiere entender, está más interesada en validar sus ideas que en abrirse a nuevas perspectivas.
No necesitamos saberlo todo, sólo silenciar lo conocido, lo que ya ha caído en confusión de los opuestos pensados, para encontrar aquello que nos hace falta.
El nacimiento de algo nuevo es lo único valioso para nuestra vida, y si cada uno de nosotros estamos atentos para que esto suceda en nuestra conciencia, habremos hecho un camino directo de sabiduria hacia la realidad.
La vida no está hecha para ser entendida, si no para ser sentida, no importa cuánto intentes controlarlo todo, nada es tuyo, y ese vacío no debería asustarte, sino liberarte.
PERDIDOS