Impermanencia
Esta palabra está siendo mi gran Maestra, así lo siento, lo vivo y lo pienso desde hace un tiempo. Me estoy haciendo amiga de la gran verdad: la Impermanencia.
En oriente nos invitan a que la tengamos presente todo el tiempo pues de ella depende nuestro modo de vivir, quizás hacer carne esta realidad nos ayuda a sufrir menos. No apegarnos y no resistirnos a lo que “es”.
El cambio es inevitable, nada es estático, todo es dinámico. Si observamos la naturaleza nos lo muestra cotidianamente: el día se inicia y acaba, puede empezar soleado y luego nublarse, nada es igual todo el tiempo. Así también es la mente: hoy esta feliz, mañana puede no estarlo. Todo lo que experimentamos con nuestros cinco sentidos es impermanente: pensamientos, emociones, sensaciones, vienen y van, aparecen y se desvanecen.
Cuando nos apegamos y nos resistimos a aceptar la impermanencia de todo lo que nos rodea estamos condenados al dolor, sufrimos de más...
Absolutamente todo lo que sentimos pasará, tanto la tristeza que penetra el alma como la felicidad que aparenta que se quedará por siempre. A un momento de dicha, le sigue otro de desdicha, a un momento de crisis le sigue otro de reconstrucción. Cuando hacemos de una foto de nuestra vida, una novela que no termina, creemos que ese “estado” se extenderá todo la vida. Sin embargo desde mis propias vivencias y desde la experiencia puedo dar fe que esos aparentes estados de profunda angustia que parecían no acabar, también pasaron, quedaron atrás.
El arte de vivir, de aprender a surfear la ola, para mí es recordarnos una y otra vez la Ley Budista de la Impermanencia, confiar en que “esto también pasará”...
GRACIAS GRACIAS GRACIAS
~ vive salvaje y libre ~
NO SE VEIA VENIR. TRANSFORMACION. LIBERACION